«Música Visual» por co-dec + Mika Martini y con poco menos de 39 minutos, se presenta en tres partes y salvo por los cortes entre canciones no te suelta más!.

«Música Visual» by co-dec + Mika Martini, with just under 39 minutes, is presented in three parts and, except for the cuts between songs, it will not release you anymore!

Toda música es visual, toda música juega con tu imaginario interno. Esta, en cambio, toca las teclas de lo conocido, de lo inmediato. Es la incertidumbre del estallido social, es la convulsión de aquella incertidumbre; son los caceroleos que decantan en sirenas de ambulancias y en los motores diésel del guanaco, del zorrillo, de los helicópteros sobrevolando la noche, resguardando el toque de queda.

All music is visual, all music plays with your internal imagination. This music, instead, plays the keys of known, immediate ideas. It is the uncertainty of the social outbreak, it is the convulsion of that uncertainty; they are the pot-banging protest sounds that decant in ambulance sirens and diesel engines of “guanaco” water-cannon tanks, “skunk” tear-gas trucks, helicopters flying over the night protecting the curfew.

Esta obra no pretende ser un registro virtuoso, esto es punk, esto es Noise. Esta obra es en serio y quiere tu cabeza. Acá lo importante no son los sintetizadores, no son las notas, no son las progresiones armónicas, ni los ritmos, tampoco son los efectos, que casi no los hay. Estamos frente a otra lógica, la lógica de la crudeza de las ilusiones auditivas; escalas de Shepard, superposición de fases las que te van succionando a un trance que decanta en la cacofonía de los recuerdos, en esa memoria colectiva de tiempos oscuros.

This work is not intended to be a virtuous record, this is punk, this is Noise. This play is serious and wants your head. Here the important thing is not synthesizers, it is not notes, it is not harmonic progressions, nor rhythms, nor effects, which are close to none. We are faced with another logic, that of the rawness of auditory illusions; Shepard scales, overlapping phases that suck you into a trance that decants in the cacophony of memories, in that collective memory of dark times.

La obra no está concebida disociada del medio visual. Se presentan elementos lo suficientemente sugerentes como para complementar y apoyar los sonidos y sus dinámicas; sin embargo, lo suficientemente abstractos como para complementar el imaginario propio. ¿Qué es un artista si no esa antena receptora del presente con capacidad de proyectarla al futuro?.

The work is not conceived as dissociated from visual media. Suggestive enough elements are presented to complement and support the sounds and their dynamics, although abstract enough to complement one’s imagination. What is an artist if not a receiving antenna of the present with the capacity to project it into the future?.

Precisamente esto es lo que logra la fusión co-dec + Mika Martini en «Música Visual», amalgamar el momento histórico actual, canalizar los dolores, los miedos, el estrés, la incertidumbre del presente y el futuro, la incerteza de lo que viene cuando el viejo no acaba de morir ni el nuevo acaba de nacer.

This is precisely what the co-dec + Mika Martini fusion in «Música Visual» achieves: an amalgamation of the current historical moment, channeling pain, fear, stress, the uncertainty of the present and the future, the uncertainty of what is to come when the old man has not just died nor the new one has been born.

La obra comienza con un pulso que al ganar momentum desencadena un escenario distópico incontenible, mientras avanza el tiempo y con lo estático de las frecuencias se va transformado en un mantra. Como toda meditación, inevitable es el enfrentamiento al propio Yo, ese que tapamos y negamos, ese que es débil, ese que no queremos reconocer. Esta es justamente la gracia de una obra como esta, por un lado enfrentarse a esos temores y por otro un ejercicio de rebeldía en contra del mundo actual donde la felicidad, lo material y lo buena onda es lo valorado.

The work begins with a pulse that, while gaining momentum, unleashes an irrepressible dystopian scenario as time progresses, and with the static of frequencies it is transformed into a mantra. Like in all meditation, confrontation with the Self is inevitable, that Self which we cover and deny, the one that is weak, and we do not want to recognize. This is precisely the flair of a work like this, on the one hand facing those fears and on the other hand an exercise in rebellion against the current world where happiness, material and good vibes are valued.

Finalmente la obra cierra con el zumbido incansable del cuestionamiento de si la lucha tiene sentido. Y el silencio solitario final parece no tener la respuesta.

Finally, the play closes with the tireless buzz of questioning whether the fight makes sense. And the final lonely silence seems to have no answer.

Reseña por [Reviewed by]: Francisco José MuñozFundación Voltajes Aleatorios